Por Juan Tomás Valenzuela
El gobierno norteamericano
se molestó con Guaidó
al ver que no se logró
tumbar al otro bacano.
Ya se les fue de las manos
el vital golpe de efecto,
que sacaría de su puesto
al presidente Maduro,
que le ha salido más duro
que este “líder” circunspecto.
El plan que albergaba Trump
con respecto a Nicolás,
tendrán que echarlo pa’tras
por la sencilla razón,
de que la proclamación
de Guaidó a la presidencia,
no logró la consistencia
que esperaban los Marines,
y entonces, pa’tales fines,
no tendrían tal influencia.
La derrota militar
del “presidente interino”,
le ha trancado los caminos
a la Asamblea Nacional.
El golpe no se va a dar,
porque ya perdió su efecto,
entonces, lo más correcto
es que retorne la paz,
y si Guaidó, quiere más,
podría caer bajo arresto.
La estrategia de Guaidó
es que las Fuerzas Armadas,
se cambiaran de bancada
como Trump, planificó.
La vaina no se les dió,
se inventaron una ayuda,
pero la comida cruda,
que pasarían de trasiego,
alla le pegaron fuego
de manera testaruda.
Más tarde, al investigar
el camión de los desechos,
allí solo había pertrechos
y enseres para agitar.
¿Raciones pa’alimentar?
Allí no había ni aguacate,
ya que el insigne magnate
lo que haría desde un principio,
era echar al precipicio
a Maduro y sus adlaters.
Pero las que vienen lisas,
dicen que no traen arrugas,
y éste “presidente oruga”
se desinfló a toda prisa.
El man no sale ni en misa
después que se fue al exilio,
y aquel tormentoso idilio
que tuvo con Donal Trump,
perdió la fascinación
y nadie viene en su auxilio.
Juan de los Palotes
3 marzo 2019